Los vientres de alquiler se imponen ante la necesidad social

  • La adopción ya no es una posibilidad ante la gran demanda internacional que hay
  • Los problemas de fertilidad en España afectan al 17% de la población

La imposibilidad biológica de tener hijos ya no es un problema en la sociedad actual. Las técnicas de reproducción asistida o prácticas desarrolladas para “formar familias” han pisado fuerte. La gestación subrogada o “vientre de alquiler” es una de ellas.

El primer país que realizó este método, hace más de 40 años, fue Estados Unidos. En España está prohibido y muchos padres y madres deciden llevarlo fuera del país mediante agencias, empresas y asesorías. No hay cifras exactas de los nacimientos de niños por gestación subrogada porque las administraciones no las hacen públicas.

En la agenda temática de los medios y opinión pública se ha introducido la gestación subrogada como necesidad. Se está reclamando su legalización en el país y la constitución de un modelo propio. Las posiciones pro-subrogación destacan el derecho a la reproducción, a ser padre o madre como un derecho fundamental a la vida. En contraposición, personas como la organización feminista “No somos vasijas”, consideran que no estamos hablando de derechos sino deseos.

Esta técnica de reproducción asistida se lleva a cabo gracias a tres partes: los padres, las gestantes y las agencias, o lo que es lo mismo, los demandantes, las ofertantes y los intermediarios. Durante el año y medio que suele durar el proceso, estos actores arriesgan y ponen en juego distintos factores, tanto materiales como inmateriales. Sabiendo esto, ¿qué les lleva a embarcarse en este “viaje”?

Todo proceso empieza con unos demandantes: los padres comitentes. Encontramos cuatro tipos: parejas heterosexuales, parejas homosexuales masculinas, padres solteros y madres solteras. En el caso de las parejas heterosexuales, éstas son las únicas que pueden ser padres de forma natural. Pero la imposibilidad de tener un hijo por una anomalía reproductiva o a consecuencia de una enfermedad que ha derivado a la esterilidad o a la imposibilidad de gestar, provoca que estas parejas recurran a la subrogación. Es el caso de Laura, madre por gestación subrogada en Ucrania. Ella padece una enfermedad crónica en los riñones que le impide gestar, puesto que supone un riesgo tanto para el bebé como para ella misma. Éste no es un caso minoritario, la Asociación de Gestación Asistida Reproductiva (AGAR) afirma que el 90% de las familias que recurren a ellos son heterosexuales y lo hacen por problemas médicos.

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Alberto, padre por gestación subrogada, y codirector de Surrobaby. Fuente: Judith Sáez.

Las parejas homosexuales chicos necesitan una tercera persona, la donante de óvulos, y, a una cuarta, la gestante. Pero, ¿existen otras vías para poder ser padres? La adopción. Sin embargo, las parejas la consideran inviable: “la adopción en España es complicada”. Alberto y Pablo, antes de ser padres de mellizos gracias a la gestación subrogada en Chicago, intentaron adoptar. Pero creen que “al ser una pareja gay, estábamos en una lista de espera de nueve años”, afirma con resignación. Los hombres y mujeres que desean ser padres solteros viven la misma situación. Es el caso de Sebastián Expósito, primer padre soltero español por gestación subrogada en 2008 y, actualmente, director de VDA Fertility Consulting.

Otra causa que lleva a las familias a decantarse por esta técnica, es el deseo de tener un hijo propio. Hay personas reacias a adoptar por miedo a las condiciones: la edad del niño, el país de origen… José, de 68 años, y su mujer, Begoña, descartaron esta opción porque “la norma era que, por nuestra edad, nos daban un hijo de doce años. Un niño con esa edad, al que no puedes educar, que ya viene con sus formas y sus modos, era un problema que no queríamos”.

EL PROCESO

Para poder iniciar el proceso, es necesario un intermediario, que puede ser: una agencia o empresa que gestione todo el proceso y que cobre por su servicio como VDA Fertility Consulting o Subrogalia; una asociación como AGAR, la cual se lleva una porción simbólica – unos ciento cincuenta euros – del coste del proceso; un bufete de abogados que controle sólo el marco legal del contrato y ofrezca asesoramiento o una clínica de fertilidad que de la posibilidad de realizar la gestación subrogada. No obstante, esta última sólo es viable en los países que es legal la técnica. Las otras, en cambio, es posible contratarlas en España para que lleven el proceso fuera del país, ya sea en Estados Unidos, Ucrania, Rusia, India, entre otros países.

Fuente: Judith Sáez

A partir de los intermediarios, los padres escogen a una gestante. Esta parte del proceso es la más criticada y polémica, ya que crea controversia el fin por el que estas mujeres se prestan a llevar a cabo el servicio. ¿Altruismo o necesidad económica? ¿Existe una mercantilización y cosificación del cuerpo de la mujer?

“En Reino Unido, Canadá y Brasil es un acto altruista y la gestante no cobra nada”

Hay dos modelos de compensación económica. Uno de ellos, es la remuneración económica por la gestación, la cual oscila entre los nueve mil y los cuarenta mil dólares, dependiendo del país en el que se realice. Sin embargo, el acto de pagar a la gestante no está permitido en todos los países. En Reino Unido, Canadá o Brasil, la gestación subrogada está considerada una actividad altruista, por la que la madre por sustitución no puede recibir ninguna compensación económica. En este caso, los padres comitentes deben hacerse cargo de los gastos derivados del embarazo, como los médicos.

Los padres de intención o comitentes deben cumplir unos requisitos para ser aceptados por las agencias. Expósito, director de VDA Fertility Consulting, señala que las agencias “piden todo tipo de requisitos: médicos, psicológicos e incluso penales”. Los perfiles se comparan con los de las gestantes para comprobar la compatibilidad. La elección de la gestante es mutua, es lo que se conoce como “matching” explica José, padre por gestación subrogada.

La doctora Sanromán, del grupo AFIN de la Universidad Autónoma de Barcelona, trabaja proporcionando apoyo emocional a los futuros padres y destaca que “lo importante es que éstos puedan afrontar los desafíos que conlleva el proceso”. De esta manera, se les realiza una evaluación psicológica a los futuros padres antes de embarcarse en este “viaje”.

También destaca que es importante el apoyo psicológico. “En situaciones como las del proceso de gestación subrogada, especialmente delicadas y estresantes, pueden aparecer nuevas emociones. El acompañamiento empático de un profesional en la toma de decisiones o elaboración de dudas es muy recomendable”. Puesto que “hay muchos temas que despiertan dudas y hablar con un experto en el tema y que te escucha empáticamente, ayuda”.

Por otra parte, las enfermedades crónicas pueden condicionar la adopción però no son un impedimento para iniciar un proceso de gestación subrogada. Sebastián Expósito afirma que “una enfermedad crónica que impida a una mujer ser madre biológica, no la impide ser madre mediante gestación subrogada, al igual que no se le impide a una persona que haya pasado por un cáncer de mama”.

“cada agencia o empresa pone límites a los clientes”

La edad también puede conformar una limitación por parte de las agencias. Cada agencia o empresa pone unos límites. En AGAR no aceptar personas mayores de 40 años y desde VDA Fertility Consulting remarcan la importancia que tiene la calidad de vida con la que se puede encontrar el bebé cuando llegue a casa de sus padres “y eso no se puede garantizar si se trata de dos ancianos”.

Otro factor determinante, según Expósito, es el aspecto económico. Estos procesos tienen un coste elevado que no pueden afrontar muchas familias. De hecho, en algunas ocasiones los futuros padres han tenido que hipotecarse para poder llevar a cabo el proceso. Este es el caso del mismo Expósito que para tener a su hija, tuvo que hipotecar su casa. También Javier, fundador de Surrobaby, vendió dos de sus pisos, además de pedir ayuda económica a su familia. Por ello, desde la empresa de Sebastián Expósito evitan trabajar con “perfiles de riesgo” ya que “si alguien va a depositar todos sus ahorros en este proyecto, y éste sale mal, se queda sin ahorros ni hijos”.

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Javier, padre por gestación subrogada, en la sesión informativa de Surrobaby, empresa de la cual es el director. Fuente: Mar Sampietro

El coste y el lugar donde realizar el proceso van cogidos de la mano. Para Marc y Laura los precios les obligaron a realizar su proceso en Ucrania. “No llegábamos a otro país. En EEUU la sanidad es privada y si te sale el bebé prematuro un día de incubadora son 1.000 dólares al día. Es mucho dinero”.

 

El coste en los Estados Unidos puede oscilar entre los 100.000  y los 150.00 euros. Mientras que en Ucrania cuesta entre 28.000 y 40.000 euros.  La diferencia entre Estados Unidos y la India es la más abismal, ya que en la India un proceso es cinco veces inferior, entre 20.000 y 25.000. Babygest recomienda disponer de unos ahorros para imprevistos que para EE.UU suponga un 20% del coste total y para Ucrania un 10% o 15%. La diferencia se debe a que en Estados Unidos el coste de un dia de incubadora puede llegar a los 2.000 dólares por día. Sin embargo, los costes pueden variar según la agencia.

RELACIÓN CON LA MUJER GESTANTE

La relación de los padres con la gestante también varía según la agencia. Begoña, madre por gestación subrogada, explica que “algunos psicólogos recomiendan tener relación con la gestante durante el proceso, pero distanciarse después del nacimiento por “tranquilidad de los padres” y porque “ese hijo no es suyo” y no compensa ni a la gestante, ni a su familia ni a los padres”.

No obstante, tanto Javi como Sebastián, padres por gestación subrogada, siguen manteniendo relación con la mujer que gestó a sus hijos, visitándola asiduamente. Marc y Laura, en cambio, nunca han podido mantener ningún tipo de relación con la gestante de su hija “por posibles problemas que pudieran ocasionarse”, explican. “No hay una receta universal” cuenta la doctora Sanromán. Cada caso debe plantearse de manera particular, ya que lo que “sirve para una pareja, puede no servir para otra”.

Por otra parte, Beatriz Sanromán afirma que “tenemos mitificada la vinculación madre hijo”. Según Beatriz, las mujeres que deciden gestar para terceros, “asumen que están gestando para otros y por tanto no tienen porqué vincularse con la criatura como creemos que pasa en el embarazo”. Los efectos de la gestación subrogada en los padres, los niños, las gestantes y la familia de la gestante se llevan años investigando por Family and Child Psychology Research Centre, Reino Unido, ya que en este país la subrogación está legalizada desde hace más de 20 años con un modelo altruista. Los resultados son que las gestantes no sienten una vinculación tan fuerte con la criatura y que no hay problemas psicológicos en los niños.

La doctora también afirma que es necesario realizar un acompañamiento psicológico de las gestantes, que suelen tener citas regulares con especialistas que tiene experiencia en este ámbito. Considera necesario que la gestante esté bien informada sobre qué conlleva participar en un proceso de gestación subrogada y, sobre todo, que decida libremente participar.

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Beatriz San Román:“El proceso de gestación subrogada supone algunos desafíos psicológicos”. Fuente: Claudia Martínez

 

“la mujer que se preste a una subrogación deberá tener ya un hijo biológico”

Las gestantes son contratadas por las agencias en el país donde se realiza el proceso de gestación subrogada. En el proceso de selección es necesario pasar diversos filtros, principalmente médicos y psicológicos. Durante las pruebas, la gestante debe demostrar que es consciente y libre para iniciar el proceso de gestación subrogada y que no desea tener un hijo. Por este motivo y por seguridad médica, la mujer que se preste a una subrogación deberá tener un hijo biológico. Aunque, principalmente se deben considerar los aspectos descritos, las gestantes, las agencias, las clínicas y los padres pueden añadir otros requisitos que consideren importantes, entre los cuales pueden constar los hábitos, la cultura, las creencias, la edad, etc.

Las diferencias más notables entre las gestantes de diferentes países son las condiciones de vida durante el proceso de subrogación y la cifra de dinero que se recibe por llevar a cabo este proceso. Cuanto a las condiciones de vida de las gestantes, son mejores en Estados Unidos y en Ucrania. En EEUU. las gestantes suelen ser mujeres con una cierta estabilidad económica, aunque esto no significa que una de sus motivaciones no pueda ser económica.

En Ucrania, según la agencia que realice el asesoramiento, se escogen a gestantes que viven en las zonas rurales. Según AGAR, estas mujeres tienen “menos tentaciones” y mayores niveles de salud al no vivir en la gran ciudad y tener una mejor alimentación. Sin embargo, las gestantes deberán saber que en el último mes de embarazo tendrán que desplazarse a Kiev, cerca de la clínica. De manera que en el momento del parto se agilizará el proceso.

Por lo que se refiere a India, Igor explica que las condiciones “comparadas con el estándar occidental no son buenas, porque nosotros tenemos una sociedad bastante más desarrollada en que todos los centros tienen que tener unas normas de higiene”. Sin embargo, si “se compara con el estándar Indio no está mal. No son habitaciones individuales, las habitaciones son colectivas, las chicas están juntas todo el rato, podían recibir visitas una vez por semana…”.

LAS CONDICIONES DURANTE EL PROCESO

Los contratos de acuerdo se firman entre todas las partes con las que se establece cómo se desarrollará el proceso. El primer contrato se firma con los padres y la agencia que les buscará una gestante. Una vez encuentren a la gestante sustituta, esta mujer deberá firmar un contrato, primero, con la clínica que llevará el proceso y luego, con los padres comitentes. Todos los contratos sólo serán válidos en el país de destino y se gestionan en ese país escogido.

No obstante, cada país tiene una legislación distinta y este documento ha tenido que “adaptarse”, explica Sebastián. La poca información o la desinformación han causado situaciones complicadas legalmente. En algunas ocasiones la presión mediática ha terminado ayudando a agilizar los trámites, obligando a las embajadas españolas a expedir certificados de nacimiento o pasaportes para las criaturas recién nacidas que se encontraban sin papeles y sin posibilidad de salir del país. Este es el caso de la India, donde “al final la embajada se ve un poco obligada a emitir un pasaporte para los menores, pero no lo hacían con mucho gusto porque en España la maternidad subrogada es ilegal”.

“los trámites son más fáciles en unos países que en otros”

Eleonora Lamm, del Observatori de Bioètica i Dret de la Universidad de Barcelona, establece que los problemas más comunes en la inscripción de los niños son la incapacidad de conseguir los pasaportes y viajar al país de residencia de los padres comitentes y la incapacidad de regularizar la situación de la criatura en el registro civil de España. Un ejemplo de estas dificultades es Sebastián, que tiene una hija de ocho años y hace unos meses por fin pudo registrarla.

En este sentido, hay Estados en los que es más fácil gestionar los trámites, como es el caso de California, donde se celebra un juicio antes de que nazca el niño. La sentencia no se podrá contradecir y una vez nacido el niño, el consulado está obligado a expedir el certificado de nacimiento a nombre de los padres comitentes.

En Ucrania la inscripción es más compleja, ya que no existe un juicio. Es necesario que el padre aporte el material genético, porque en España “madre es la que pare”. De manera que, en el momento de ir al consulado para expedir el pasaporte de la criatura, es uno de los dos debe ser considerado progenitor. Como la madre no es la persona que lo ha dado a luz, deberá ser el padre el que aporte el material genético. Una vez en España se procederá a la adopción por parte de la madre a través de un juicio. Por tanto, la mujer que lo haya dado a luz deberà renunciar a la criatura. Cabe recalcar que en Ucrania solo pueden llevar a cabo el proceso parejas heterosexuales y casadas.

El caso de la India es el que conlleva más problemas, sobretodo en los últimos años en los que ha habido un cambio de legislación. En estos momentos para acceder a la gestación subrogada en la India se debe proceder de un país que lo permita legalmente y solo es permitido a las parejas heterosexuales que lleven un mínimo de dos años casados. Además, se necesita una carta de la embajada que certifique que la gestación subrogada es legal en el país de origen y que confirme que se permitirá la entrada del niño en el país de la pareja.

Estas complicaciones comportan problemas e imprevistos a los padres que van a buscar a sus hijos a païses más económicos donde realizar el proceso, especialmente en Rusia. Cada mes hay casos alarmantes y sorprendentes que encienden las redes sociales y los medios de comunicación pidiendo que se legalice la gestación subrogada en España y así, poder evitarlos.

“la mayoría no tiene clara su posición respecto a la gestación subrogada”

Pero, el ruido que provocan no es suficiente. Mientras hay dos posiciones muy claras entre la legalización absoluta de la práctica de subrogación como un derecho básico y la no legalización por ser un puro deseo egoísta que implica la vulneración de los derechos de las mujeres gestantes, comparándolas con aquellas que se dedican a la prostitución, la mayoría de la gente no tiene clara su posición.

No hay dos modelos de regularización iguales en el mundo. Cada país tiene sus particularidades. España, actualmente tiene una tasa de infertilidad del 17% de la población, con 800.000 parejas con problemas para tener hijos. Estos altos niveles de infertilidad y los problemas de adopción provocan que la gestación subrogada se haya convertido en una necesidad social y biológica para ser padre o madre. Mientras, por el momento el Estado no reacciona.

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